En la actualidad, y como consecuencia de la crisis económicas, regatas como la Copa América o la Volvo Ocean Race han visto disminuida su flota, pero la clase Moth ha sufrido una gran expansión, que se viene presentado desde hace algún tiempo y parece ser una tendencia que llegó para no irse.
En este tipo de categoría participan embarcaciones pequeñas, de menos de 3,5 metros de eslora y 20 kilos de peso, cuyo casco emerge del agua gracias a un tipo de hidroala que permite realizar una navegación vertiginosa.
La traducción de Moth es «polillas» y al verlas uno entiende el motivo. Puedes encontrarlas en diferentes partes de Europa como en el lago Garda en Italia donde anualmente se celebra el Mundial de la clase, llamado Zhik Nautica Moth Worlds (en el año anterior tuvo lugar en Belmont, Australia).
En el mundial se presentan cerca de 125 unidades, representando a 20 países. El mayor número es el que representa a Gran Bretaña con 28 regatistas, le sigue Australia con 20.
Dentro del evento realizado este año España también ocupó un importante papel, destacándose la presentación de Pablo Arandia quien ahora navega en esta categoría tras destacar en series similares como la Musto Skiff de Suiza.
Uno de los puntos que se destacan de estas unidades es su tamaño y su aparente sencillez. Lo cierto es que desde su creación han sufrido muchos cambios, todos tendientes a mejorar los resultados. En el último año y medio se pudieron ver barcos con velas y jarcias, características que les permitieron alcanzar el 1,5 nudos más rápido a partir de los 12 nudos de viento.
El precio de este tipo de embarcación ronda los 12 mil euros.